Cuantísimos años
preguntándonos el paradero de esta pieza de nuestra Semana Santa y cuantísimas
anécdotas se han escuchado de esta figura de la pasión de Cristo, que han
convertido a “Currito” en un feligrés
más de la Parroquia del Carmen.
Sin duda alguna, la
Imagen de Simón de Cirene que se ha recuperado con esta restauración, viene a completar
la composición del paso de misterio de la Hermandad del Consuelo como pieza
fundamental e idónea en su esquema iconográfico.
No solo por la valoración
histórica artística de la misma o el enriquecimiento cofrade cultural que a la
misma da su procedencia hispalense, sino por el hecho de ser la pieza
estilística más cercana a la hechura del Señor, por su analogía y pose, tamaño
y proporción.
La Imagen del Cirineo que
en 1944, muy acertadamente, se adquiriera mediante su compra a la Hermandad de
las Tres Caídas, contemplaba en su haber, una historia material muy compleja,
llena de matices y circunstancias que de hecho han marcado físicamente su
estado hasta degradarlo al límite tan lamentable en el que se encontraba antes
de la intervención.
La talla del Cirineo presentaba
severos problemas estructurales y de estabilidad lígnea, propiciada por ataques
de insectos xilófagos y pudrición parda extendida por casi la totalidad de su
embón constituyente. Asimismo, las carnaciones
originales estaban ocultas tras gruesos repintes que lo cubrían en su totalidad,
apreciándose entre estos algunos detalles, aun conservados, de la decoración
primitiva de los ropajes e indumentaria tallada que poseía y de la cual fue
despojado en anteriores intervenciones, aun en la capital Andaluza, donde les
fueron mutiladas, y que se asemejaban en composición y cromatismo a la riqueza
ornamental que en la actualidad lucen los sayones de la Hermandad de los
Dolores.
Así la intervención ha
consistido en la recuperación integra de todos los elementos originales que la
pieza conservaba hasta el momento, desechando todos los elementos constitutivos
en mal estado e irrecuperables, así como las pieza lígneas correspondientes a
su embón original. Entre ellos cabeza, manos y piernas.
Así la Imagen del cirineo
ha sido reformada estructuralmente con la talla de un nuevo torso y nuevos ensambles
para sus piernas, además de dotarlo de nuevos brazos articulados de movilidad
máxima con espigas imantadas y muelles anti dilataciones.
Los elementos originales han
sido tratados en dos fases de limpieza, una mecánica y otra química, reintegrando
cromáticamente todas las perdidas, mimetizando las zonas de falta mediante
salpicados y punteados realizados en acuarela.
Finalmente, se ha protegido
con barnices y patinas neutras con la intención de caracterizar a la pieza a
semejanza del Cristo al que acompaña.
Como conclusión puede
observarse el rejuvenecido aspecto con el que la maltratada talla ha regresado.
Tanto es así que ha dado pistas para indagar en su autoría, desechando la
tradicional atribución que se le otorgaba al maestro Marcos Cabrera, para abrir
una nueva línea de investigación dentro del círculo de Duque Cornejo.
Jesús Guerrero García